martes, 24 de julio de 2007

Principios de la Locución

Introducción

El gran poder de la radio está precisamente en su carencia, en que no tiene imágenes. Nunca llegará a determinar totalmente la naturaleza de las cosas, dejando que los referentes visuales los ponga libremente la imaginación del oyente. En radio, sin duda, la mujer más guapa del mundo con una seductora voz será para todos la mujer más guapa del mundo. En televisión la materialidad de la imagen que determina, concreta, hará que lo sea para algunos, quizás para muchos, pero no para todos.
Para poder conseguir transmitir a través de la voz ciertos aspectos que a menudo no tengan que ver con ese físico tan inevitablemente ligado al que nos atenemos en la televisión, se requiere de una gran profesionalidad que permita a su vez el control de cuatro parámetros básicos: la pronunciación, el ritmo, la entonación, la utilización de un vocabulario más o menos rico que siempre nos revalorizará como conocedores de nuestra lengua y algo que parece obvio, pero que a menudo suele ser uno de las metas más difíciles de alcanzar, saber leer correctamente.


Saber leer

Vamos a empezar por esto último pues, a fin de cuentas, aquí se encuentran los pilares básicos para todo lo que vamos a explicar a continuación. Saber leer, lo que podemos entender como leer para recoger y entender una información codificada en nuestro idioma a través de un medio impreso como puede ser un periódico, solemos saber todos. Pero en radio saber leer significa mucho más porque en radio todo lo que se lee se oye y hay que saber leer de tal manera que lo oído no sea ruido sino información que pueda ser recogida de manera sencilla y sin esfuerzos por dicho oído.
Para empezar, nuestra lectura tiene que ser relajada. Si hablamos muy rápido, especialmente en el caso de las personas mayores, es posible que no nos sigan por lo que el oyente tendrá que hacer un cierto esfuerzo y terminará por abandonarnos. En segundo lugar no debemos dudar, hacer pausas indebidas o, algo muy frecuente, trabucarnos en una palabra que no sabemos cómo pronunciarla correctamente. De igual forma habremos conseguido desviar la atención del oyente de la información que estamos transmitiendo. Y para terminar hay que decorar la lectura con expresiones que ayuden a que lo leído parezca ser en realidad dicho porque quien está recibiendo la información no está utilizando los ojos, no está leyendo como nosotros, sino que nos está escuchando. Para leer correctamente y que estas cosas no nos ocurran, aunque muchas veces se producen inevitablemente por nerviosismo y sólo la reiteración y la costumbre pueden superarlos, es imprescindible hacer una rápida o detenida lectura, ( según nuestra capacidad y tiempo disponible) que nos ayude a tomar un primer contacto con el texto y así tomar nota de las palabras con cierta complejidad de pronunciación. Además, nos enteraremos un poco de cuál es su contenido y eso nos ayudará más a transmitirlo con eficacia. Todos los locutores leen cualquier texto informativo o de cualquier otra índole antes de llevar a cabo esta misma lectura por antena y el no hacerlo es un riesgo considerable que fácilmente puede acabar en los defectos que anteriormente hemos señalado.


El ritmo

Sobre el significado que esas palabras tienen, e independientemente de que nuestra forma de leer sea correcta, hay una serie de elementos de comunicación no verbal a través de la voz, cuyo buen control y hábil utilización puede enriquecer nuestra lectura hasta tal punto que podemos adoptar una imagen de cara al receptor muy diferente a la que proyectamos físicamente. Y esto no quiere decir que la imagen de nuestro oyente sea falsa o ficticia, sino que la voz tiene el poder de vislumbrar ciertas facetas de nuestra personalidad que quedan siempre ocultas, solapadas frente a la concreción y el determinismo de la imagen física de la televisión.
El primero de esos elementos no verbales es el ritmo. Antes hemos señalado que hay que leer de manera relajada. Pero a pesar de todo hay un rango y unos márgenes de tal manera que, al igual que un ritmo excesivo puede hacer que no se entienda nada, también un ritmo demasiado lento ( entendido como número de palabras pronunciadas por segundo) puede dormir al oyente. En general si lo que pretendemos es que el oyente se sumerja en una historia marcada por elementos visuales imaginarios, es necesario que cada palabra se pronuncie de forma clara y con un ritmo lento. También para conferir intimismo y confidencialidad. Estos ritmos se utilizan mucho , por ejemplo, en programas nocturnos. Sin embargo, para programas magazines, informativos o cualquier otro de los que habitualmente escuchamos en la programación matutina, el ritmo debe ser intermedio, que despierte alegría o vitalidad, por ejemplo, si es un programa juvenil o musical.


La pronunciación

Como también hemos explicado, muchas veces es frecuente el trabucarnos. Para ello, si estamos leyendo algo de manera improvisada y encontramos palabras en las que prevemos no saber atacarlas con eficacia, mejor no leerlas o sustituírlas por otras de significado parecido, pero de fácil pronunciación. Es por ello por lo que muchos locutores, fórmula muy empleada y casi obligada en televisión cuando se hace autocúe, realizan dos lecturas a la vez, la vocal, que es la que está saliendo por antena; y otra mental con los ojos, que va dos o tres palabras más adelante inspeccionando todo lo que puede resultar confuso o complicado. Si tenemos más tiempo un truco interesante consiste en seccionar la palabra con rayas verticales en sus diversas sílabas para que cuando la abordemos sepamos que es como una curva de ciento ochenta grados que debe ser tomada con moderación. Es decir, al llegar ahí diminuiremos nuestro ritmo de lectura y pronunciaremos con nitidez abriendo bien la boca para evitar que la lengua nos juegue una mala pasada.
Aunque nos pueda parecer ridículo la práctica de abrir y cerrar la boca paulatinamente antes de colocarnos ante el micrófono nos puede ayudar a una mayor abertura de la cavidad bucal que nos amortigüe los posibles trabucamientos que se puedan dar o la falta de vocalización, algo que igualmente añadirá ruido a la información que transmitamos.


La entonación

La voz de los robots que vemos en las películas no tienen entonación. Todas las palabras suenan igual, en serie, planas. En informativos una entonación así se suele usar pues eso es signo de objetividad, no añadiendo ninguna connotación de más a la palabra pronunciada. Pero si queremos enriquecer nuestra lectura la entonación introducirá inflexiones que pueden ser traducidas por el oído como pausas que permitan la variedad en la voz y que ayudarán a mantener constante la atención de nuestro oyente. Entonar bien es como ponerle a cada palabra una imagen que tenemos que proyectar al pronunciar dicha palabra al mismo tiempo que puede inferir en el oyente algún estado nuestro de ánimo.


Los chasquidos


Habitualmente, sobre todo cuando estamos nerviosos, se nos puede secar la boca, por lo que la saliva se hace pegajosa y ésta puede ocasionar chasquidos que, si el micrófono es lo suficientemente sensible, también puede reproducirlos perfectamente. Para evitar esto se aconseja utilizar un simple vaso de agua y beber a sorbos lentos cuando lo necesitemos; o si estamos ante una situación difícil, pasarse la lengua por delante de los dientes. Esta operación que parece estúpida, no lo es en absoluto ya que es una forma de estimular las glándulas salivales, las cuales proporcionarán la saliva suficiente como para reblandecer la boca y mantener más controlada dicha sequedad.
Los chasquidos son especialmente molestos en narraciones donde se necesita una voz limpia, propias de programas en la noche intimistas y confidenciales porque el oyente no oye sólo, escucha. La gran diferencia entre oír y escuchar es parecida a la de ver y observar. Todos oímos puesto que disponemos de un sistema de recepción, que es el oído y todos sus complejos órganos, para descodificar las ondas sonoras como sonido. Pero el escuchar implica que además el cerebro está procesando la información que sale del locutor para ser entendida y analizada.
La radio de la mañana es más de oír que de escuchar. El/la ama de casa está haciendo sus labores y no tan pendiente de lo que dice la radio, hasta que encuentra algo que dicen que le es de interés y entonces sube el volumen y escucha.


La proyección de la voz

Hasta el más sensible de los micrófonos pueden no captarnos nada si no proyectamos la voz. Hay personas que, sin hacer ningún esfuerzo, hablan por el teléfono, en una conversación que se supone privada, y se está enterando todo el mundo; y hay personas que por más que se esfuerzan no logran oírseles ni el cuello de su camisa. En estos últimos casos hay que proyectar la voz, es decir, saber colocar el diafragma y el aparato fonador de tal forma que, como decíamos antes en el primer tipo de personas, proyectemos la voz siendo rotunda, clara y sin hacernos daño en la garganta. Para ello existen ejercicios y fórmulas y en ello consiste en parte el buen arte de la locución, especialmente importante también para doblaje, cantos y no digamos para representaciones escénicas en vivo.


La utilización de un lenguaje más o menos rico

Somos profesionales de la comunicación, hemos estudiado una licenciatura que es una carrera de grado superior y hemos atravesado una dura Selectividad, pues la nota que se exige no es pequeña y va en ascenso, especialmente en Comunicación Audiovisual. Esto quiere decir que, sin pasarnos evidentemente, debe notarse que somos universitarios. Servirá de ejemplo para que no se empobrezca más de los que pude estar nuestra lengua, ya que nos van oír muchas personas. Esto es especialmente importante en la radio, ya que en la televisión la búsqueda a menudo de las espectacularidad a través de las imágenes, reduce bastante la autoridad de la palabra, trivializándola.


Leer como si no leyéramos

Si leemos un cuento, una historia, algo que contamos, puede, y siempre dentro de ciertos límites, notarse una cierta lectura. Pero en los programas, reportajes, entrevistas, magazines, tertulias..., la lectura casi nunca constituirá la manera de hablar, sólo un apoyo que no debemos olvidar. Cuando nos despegamos del papel se multiplican los problemas porque tenemos que improvisar. La improvisación, que no significa carecer de guión, exige mantener controlados igualmente los parámetros anteriores pero sin estar escrita cada palabra y entonces son muy frecuentes los titubeos o las palabras coletilla tipo "bueno", "pues", "eeeehhhh", "mmmm", "efectivamente", que utilizamos frecuentemente de almohadilla cada vez que pensamos qué palabra debemos unir a la anterior.
Poco podemos decir a este respecto. Las ansias de autoperfección, la costumbre y el esfuerzo diario conseguirán que vayamos progresando en esta difícil tarea. Cuando la conversación se produce entre dos personas, como habitualmente se da en muchos programas donde suele haber dos presentadores y diversos entendidos en determinadas secciones, la conversación mutua puede ayudar a disimular esos problemas. Ahora bien, es muy importante saber elegir bien a nuestro otro locutor, ya que una buena comunicación con él como si fuéramos hermanos o una comunicación vacía y artificial pueden ser la clave para el éxito o dar al traste todo nuestro trabajo.
La improvisación es difícil de conseguir, pero es tan importante como la buena lectura, y combinados los dos en sus justas proporciones como si fueran los ingredientes de una buena sopa, hacen mucho más fácil la captación del oyente.


La música

Los periodistas, habituados al lenguaje de la prensa, dan una gran importancia a la información través de la palabra como portadora de mensajes sin darse cuenta de que la radio es sonido y que, por tanto, en ese sonido se inscribe todo lo que puede ser percibido por un oído. La música es a menudo una manifestación del espíritu que puede ir mucho más directamente al inconsciente que cualquier otra palabra porque nos hace sentir sin intermediarios. Es una de las comunicaciones más puras y, por tanto, su hábil uso por parte de una persona con una especial sensibilidad, puede reforzar incluso más que la voz un determinado mensaje radiofónico. Debería cuidarse mucho la música empleada de fondo para las cabeceras de los programas, reportajes, así como en la publicidad, cosa que observo que no se cuida demasiado desvirtuándose el sentido primigenio de comunicación auditiva.

Ejercicios para el locutor

Después de una instrucción permanente, una actualización noticiosa y una íntima amistad con el diccionario, toda persona que desee ser un buen locutor deberá hacer ejercicios graduales pero constantes.

Para el efecto, es importante atender algunas recomendaciones que le serán de gran utilidad para el dominio del lenguaje oral.

DESCUBRA SUS DEFECTOS

La autocrítica es el primer paso de la superación. El oído será el mejor juez de su voz y de su dicción. Tome una grabadora y registre:
tres minutos de lectura de noticias
tres minutos de lectura de un libro
tres minutos de charla improvisada sobre cualquier tema
dos minutos de narración imaginaria (puede ser deportiva)
dos minutos de animación de un espectáculo artístico supuesto
un poema
una canción.

Al grabar y al escucharse descubrirá lo esencial: donde están sus mayores dificultades, dónde se oye mal.

¡Vamos a superar esas fallas! (guarde esa grabación como un recuerdo). Pero por favor, tenga mucha PACIENCIA. No se hace locutor en un día.


EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN

Lo primero, es la sugerencia de cambiar la idea de no tengo buena voz no sé respirar correctamente. El aire es la materia prima de la fonación.

¿se cansa al leer mucho en alta voz?

¿su voz es débil?

¿le sale temblorosa, le falta firmeza?

La respiración correcta se denomina DIAFRAGMATICA, porque depositando el aire en el abdomen se logra que el músculo diafragma sea el soporte y la catapulta del aire que hará vibrar sus cuerdas vocales.

Aspire profundamente y mida el tiempo que puede leer hasta necesitar aire nuevamente, o también prolongue una vocal (Ej. aaaaaaaaaaaaaa..........) y cronometre su duración hasta que se quede sin aire. Probablemente serán de 10 a 15 o 20 segundos los que duró su aire.

Esto quiere decir que no entro suficiente aire porque no hemos acostumbrado a nuestro reservorio (músculos abdominales y pulmones) a acumularlo.

A esta falta de costumbre o de ejercicio, se debe que cuando aspiramos profundamente en un campo abierto tenemos la sensación de ahogo.

Entonces, entrenemos nuestro pecho para la respiración abdominal:

•Por la nariz, aspire lentamente, cuidando de que el aire que toma empuje los músculos del abdomen. Sienta cómo su estomago tiende a levantarse. Usted no solamente está llenando sus pulmones sino también la cavidad abdominal.

Luego también lentamente, expele el aire como si estuviera soplando suavemente.

Claro, cuando suelte el aire, su estómago se irá desinflando. Se recomienda hacer esta práctica ( con toda seriedad ) diez veces en la mañana y diez veces en la noche, durante siete días.

Poco a poco usted se dará cuenta de que su caja toráxica pide o está más dispuesta a recibir mayor cantidad de aire.

Estas respiraciones abdominales deben ser profundas y lentas. Nada ganará con ejercicios bruscos.

Siempre practique en posición de pie, levantando moderadamente la cabeza, soltando los brazos y sin tensiones musculares.

Para hacer las prácticas de respiración siéntase tranquilo y relajado.
Cuidado especial: cuando respire, no levante el pecho ni los hombros.

•En la segunda semana, aspire en la forma indicada (sintiendo como se llena su cavidad abdominal) y, luego de realizar una aspiración profunda, detenga el aire introducido (10 segundos) y luego suéltelo soplando lentamente.

Esto realice diez veces en la mañana y diez en la noche durante una semana.

Al principio le puede parecer un poco cansada esta práctica, pero , poco a poco, su organismo se irá acostumbrando a respirar correctamente e irá descubriendo que, efectivamente, sí podía más.

•Con estos simples ejercicios, usted ya va conociendo la técnica de la respiración abdominal o diafragmática. En la tercera semana ya vamos a aprovechar esa respiración para administrar mejor el aire y transformarlo en sonidos.

Para ello, al expeler el aire, en lugar de soplar lentamente, emitiremos el sonido de la letra u de manera continua, sin cortar la salida del aire: uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu...

La emisión del sonido deber ser suave, muy débil, para no gastar aire. Se recomienda la letra u porque la posición de los labios para pronunciarla evita que derrochemos aire.

Así empezamos a ejercitar una mejor administración del aire y el control de los múltiples músculos que intervienen en el lenguaje oral. No se preocupe si al principio le sale la letra uuuuuuuuuuuuuu...un poco temblorosa o con variaciones.

Precisamente, eso le demostrará que aún no domina la “salida del aire”, porque, mediante el ejercicio continuo, sonara uniforme y firme. En realidad podríamos comparar nuestra expulsión de aire con una llave de gas o de agua. Podemos regular la salida del agua, abriendo la llave para que salga un chorro fuerte y grande o cerrándola, para que salga un chorrito débil y delgado, pero uniforme.

Así , nuestro sonidos pueden salir fuertes o débiles, dependiendo de la cantidad de aire que utilicemos en su emisión y de la técnica que utilicemos para fortalecer los músculos correspondientes.

•A partir de la cuarta semana, y con el mismo ritmo de práctica, realice aspiraciones profundas y emita sonidos con diferentes vocales pero variando la intensidad; es decir, una veces haciéndolas sonar fuerte y otras muy débiles. Obviamente, cuando produzca sonidos fuertes, el aire se le terminará más rápido; pero así aprenderá a dominar su salida y a conocer variaciones de modulación.
•En la quinta semana, entramos a la diferenciación de sonidos nasales: con el mismo aire, en vez de vocales, pronuncie las letras m y n. Para el efecto, aspire profundamente, haga sonar la mmmmmmmm... y nnnnnnnnnnn........... alternadamente en cada respiración. Ponga especial atención a la repercusión de esos sonidos en toda su cabeza. Sienta como toda ella vibra. Notará que el aire sale por la nariz cuando dice mmmmmmmm... o nnnnnnnnnnn... y que resuenan en su cabeza.

Compruébelo tapándose un segundito la nariz. Cada vez, trate de que esos sonidos se escuchen más fuerte.

Luego mezcle esas consonantes con vocales. Por ejemplo: nnnnnnnaaaaaaaa........nnnnnnnnnnnnneeeeeeeee....(imite un mugido) mmmmmmmmmuuuuuuuuuuu......etc.

A estas alturas de la práctica, ya no tiene que respirar diez veces en la mañana y diez en la noche, sino que usted mismo se irá imponiendo un exigente ritmo de práctica, que no lo lleve al agotamiento pero que le ayude a dominar la emisión de sonidos fuertes y débiles.

•Ahora usted, gracias a su respiración, podrá sentir la diferencia entre lo que es gritar y lo que es hablar alto. Cuando grita, está irritando su garganta y forzando sus cuerdas vocales. En cambio, cuando habla en alta voz, solamente esta utilizando mejor su aire y proyectando más el sonido.

Para proyectar o colocar mejor su voz vienen estos ejercicios:
Procure que el sonido producido por el paso del aire por sus cuerdas vocales, haciéndolas vibrar, choque y resuene en su paladar y salga fuerte, claro y sonoro, hacia afuera.

Practique cantando alguna frase musical.

Levante su cabeza para que el sonido pueda salir entero. Imagínese que está enviando su voz a una cierta distancia (por ejemplo a cinco metros) y que debe llegar hasta allá con toda su fuerza y claridad.

Luego, imagínese que su voz debe llegar a diez metros y procure que llegue directa, nítida y fuerte.

También es bueno alternar variando el volumen, es decir, en otro momento cante muy bajito (piano) como si cantase al oído de una persona. Pero siga sacando su aire correctamente, continúe con la respiración diafragmática y solamente reduzca la intensidad de su expulsión de aire.
Sólo debe variar el volumen. Pero, cantando fuerte o piano, se debe escuchar igual, esté muy cerca o a distancia.

•Finalmente, otro ejercicio para controlar o administrar la salida de su aire:
Tome una vela encendida y acerque sus labios a unos cuatro a tres centímetros de la llama (sin quemarse, por favor) y pronuncie prolongadamente la letra u. El sonido (aire) debe salir muy despacio. La práctica está en no apagar la llama. Desde luego, esto se conseguirá si domina, regula o administra su aire, porque si expele muy fuerte apagará la llama.

Haga este ejercicio cuantas veces sea necesario hasta que diciendo uuuuuuuuuuuuuu muy cerca de la llama no la apague.

Insista en todos estos ejercicios que hemos visto y alterne pronunciando frases o cantando un poco, una vez suave y otra vez fuerte.

Y si desea una Autoevaluación diaria, pruebe con este ejercicio: respire y diga: “gracias a mi gallina ponedora, los huevitos no me faltan. Diariamente tengo uno, tengo dos, tengo tres, tengo cuatro, tengo cinco, tengo.... (así, continué hasta que le alcance la respiración). El éxito estará en que cada día tenga más huevitos......

Esta será la mejor prueba de que está respirando más y mejor. USTED PUEDE.



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EJERCICIOS DE VOCALIZACIÓN


Común error en algunos locutores es la supresión o la alteración de letras y sílabas en las palabras. Esto obecede a una mala vocalización o articulación de los sonidos.

La mayoría de veces nos justificamos de mil maneras: leí muy rápido, está oscuro el texto o estoy nervioso, etc. ¡FALSO!

La única verdad es que sus músculos faciales no están bien entrenados para articular correctamente los sonidos. Faltó concentración.

Sí. Porque hablar no solamente es emitir sonidos y mover la lengua. Cuando habla o canta interviene todo su cuerpo. Su voz es el final de un proceso en el que cuenta desde la manera de pararse o sentarse hasta la posición de su cabeza, etc. en la correcta emisión sonora, con sus cuerdas vocales vibra todo su cuerpo, se proyecta su personalidad. Sin embargo, de manera especial actúa su mecanismo de fonación: sistema respiratorio, diafragma, cuerdas vocales, garganta, lengua, maxilares superior e inferios, dentadura y labios.

Todos estos órganos juegan su rol. Por eso se altera nuestra pronunciación cuando nos lastimamos la lengua, un labio, nos falta un diente o esta afónicos. Su locución debe guardar pureza en cada una de las expresiones.

Debemos corregir esos errores de cambiar el sonido de las letras o saltarnos su pronunciación. Por ejemplo, solemos decir peliar por pelear; por lo general; dame majagua por dame más agua, dami por dame...

Enseguida vienen los ejercicios para vocalizar mejor

•Abra la boca (todo lo que pueda), manténgala así unos diez segundos y vuélvala a cerrar. Estos bostezos repítalos cinco veces en la mañana y cinco en la noche, durante cinco días. Sin exagerar...sin exagerar.

Al principio puede doler un poco a los lados de la cara. No se preocupe, sólo es la falta de costumbre y de entrenamiento muscular.

•Luego, dedíquese unos 30 días a las vocales, los diptongos y triptongos. Esfuércese por una pronunciación clara, precisa y sonora. Que cada letra suene limpia. Ejercite las veces que pueda.

Primero las vocales separada: a – e – i – o – u.


Luego cada vocal en forma prolongada e intermitente (cortada): “aaaaaaaaaaaaaaaaaa a-a –a – a – a “ “eeeeeeeeeeeeeeeee e – e – e – e – e” etc.

Seguidamente, combine las vocales, ligándolas: “a – i – o – aaaaaaaaaaaaaa a – i – a – e – u – e eeeeeeeeeeeeeeuuuuuuuuuuuuu e – u – e”.

Así, combinanado todas las vocales. Más adelante, practique diptongos cortados y ligados “a – e – áe áe áe áe áe áe - a – e – ae ae ae ae ae ae” En unas ocasiones acentuamos la primera vocal, en otras la segunda. “ a – i – ái ái…etc”

Así continuaremos con ae, ai, ao, au, ea, ei, eo, eu, ia, ie, io, iu, oa, oe, oi, ou, ua, ue, ui, uo.

Posteriormente llegan los triptongos (tres vocales unidas). También pronuncielas separadas y ligadas; variando los acentos a – e – i áei, aéi, aeí (repita varias veces).

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaéiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, áeeeeeeeeeeeiiiiiiiiiiiiiiii

áeeeeeeeeeeeeepeeeeiiiiiiiiiii, aaaaaaaaaaeeeeeeeeeeeeí

NOTA:

No pretenda hacer todos los ejercicios en un día. Dosifique su práctica. Nada adelanta con precipitaciones. Escúchese, insista disciplinadamente, sea constante y no se desanime. Recuerde que “muchos son los llamados y pocos los escogidos”. La diferencia está en la paciencia perseverante. Otros estarán jugando o durmiendo; usted, continué su propósito más firme que nunca. No pierda tiempo pensado o dudando. Más pronto de lo que se imagina…usted llegará a donde quiere llegar.


Continuemos: ahora vienen las consonantes adelante: báe, báe, bái, bái, báo, báo, báu báu, cae, cai, cao, cau, dae, dai, dao, dau, etc. Por último, ejercite combinaciones especiales con triptongos y consonantes, por ejemplo: triai, fluou, glia, ñeoe, etc. Mueva bien sus mandíbulas, sus labios para que no se le escape el sonido fuerte y nítido de cada letra. Variar los acentos.

•También hay que fortalecer la lengua. Para eso: saque la lengua (lo más que pueda) y vuélvala a su posición normal. Repita eso en la mañana y en la noche unas 5 veces.

•Utilicemos la letra L y cantemos sólo con esa letra.
Una melodía en la mañana y otra en la noche, sólo con la letra “ele” – L

•Hoy, con la R. Repita lo que dicen los narradores de automovilismo: “Carrrrrrrrrrrrrrrro a la vista”.


La pronunciación correcta de la letra r es muy importante para la locución radiofónica. Desde luego, sin caer en exageraciones, debemos hacer vibrar correctamente esta letra, especialmente cuando es doble (rr). La lengua y el paladar tienen esa misión. Ayúdelos practicando esto. “R con R, cigaRRo; R con R baRRil. Rápido coRRen los caRRos, cargado, de azúcar, al feRRocaRRil”.

•Otro ejercicio: silbe. Sí silbe bastante. Al fin y al cabo está expulsando aire y está dando una posición a sus labios. Silbar ayuda aflojar los labios y a controlar la salida del aire.
•Lea o improvise, hable muy pausadamente, lento...”masticando” las palabras, las sílabas y cada letra. Exagere articulación, la prO – nUn – cIa – ciOn de cada sílaba. Si encuentra una palabra o una sílaba difícil, con mayor razón, con más capricho insista en su correcta y fuerte pro – nun – cia – ción.

Hacer el ejercicio 10 minutos silabeando (graben). Ustedes también pueden hacerlo. Léase un párrafo sólo en sílabas. Por ejemplo, así:

“ EL – MAS – GLO- RIO – SO- HE-RO-IS-MO ES VEN – CER –SE A U –NO MIS-MO..

•A estas alturas usted puede leer y memorizarse ( es bueno ejercitar la memoria) algunos trabalenguas populares. Esto ayuda mucho a la coordinación mental y a la relación cerebro – lenguaje.

Aquí algunos con los que puede practicar, inclusive el ritmo. Al comienzo silabéelos. Luego puede ir leyéndolos cada vez más rápido:

“Estando la garza grifa con sus cinco hijitos garzos grifos, vino el garzo grifo a engarzogrifar a las garza grifa; y le dijo ella: quita de aquí garzo grifo que bien engarzogrifada estoy con mis cinco hijos garzos y grifos”.


“Una gallinita pinta, pipiripinta, pipirigorda, rogonativa, ciega y sorda tiene unos pollitos pintos, pipiripintos, pipirigordos, rogonativos, ciegos y sordos”.


“El arzobispo de Constantinopla se quiere desarzobispoconstatinopolizar, el que lo desarzobispoconstatinopolitarizare muy buen desarzobispoconstantinopolizador será”.


“Esta noche vendrá el murciélago y nos desnarizorejará; y el que lo desnarizorejare muy buen desnarizorejador será”.


“En esta villa tres Pedro Pero Pérez Crespo había:
Pedro Pero Pérez Crespo, el de arriba
Pedro Pero Pérez crespo, el de abajo; y,
Pedro Pero Pérez Crespo Crispín,
Que tiene una yegua y un potranquín
Pero yo no busco a Pedro Perez Perez Crespo, el de arriba;
ni a Pedro Pero Perez Crespo, el de abajo; sino a Pedro Pero
Pérez Crespo Crispín, que tiene una yegua y un potranquín, crespa
la cola, crepas la crin, crespa la yegua y el potranquín”.

•y, un último ejercicio para la vocalización que mencionaremos aquí, es el siguiente: entre los dientes, coloquen un lápiz en forma horizontal; muérdalo levemente y lea así unos cinco minutos diarios (desde luego, sin soltar el lápiz). Algunos ejercicios le causarán mayor dificultad o dolor que otros; pero, dígame: ¿qué lección no duele?.

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EJERCICIOS DE MODULACIÓN


Bien realizados, pocos ejercicios pueden ayudar a darle color y calor a su voz. Pruebe con estos tres ejercicios.


•Lea un párrafo con voz natural (volumen regular); luego, vuélvalo a leer muy quedo (casi susurrando); y , después, léalo con toda intensidad de voz. Proceda igual con frases musicales o con canciones.

•Tome una poesía e interprétala: (dígala con sentimiento). Inspírese y recite un poema con las inflexiones de voz necesarias para captar su mensaje. Seguidamente, vuélvala a leer; esta vez, alternando el volumen de su voz. También hágalo con canciones.

•Tome diversas frases interrogativas (¿), admirativas (¡) y de suspenso (.....) Léalas o dígalas con el sentido que indican los signos respectivos. Por ejemplo:


¡Basta. Detengamos la injusticia!

La besó apasionadamente, y, entonces .....

¿cuánto tiempo hace que no besas a tu madre?

Esfuércese por repetir frases similares, pero cada vez de diversa forma, con otra entonación. Recuerde las connotaciones.

Como otro ejemplo señalaremos que usted puede expresar muchas cosas con las mismas palabras:

Qué profesional

¡Qué profesional! (admiración que aprueba la gran calidad)

¡Qué profesional! (admiración que crítica la mala calidad)

¡Qué profesional! (frase burlona)

¿Qué profesional? (pregunta a qué profesional se refiere?

¿Qué... profesional? (doble pregunta que expresa duda)

¿Qué...profesional? (pregunta y afirmación admirativa)

Nótese la variedad de connotaciones o sentidos que usted puede dar a una palabra solamente con cambiar la entonación o modulación de su voz.





EJERCICIOS DE DICCIÓN.


Más allá de la vocalización (articulación), la dicción se refiere a la forma global de expresión del idioma. En términos generales, a su locución.

A pesar de que con los ejercicios de respiración, vocalización y modulación, usted ha superado mucho su expresión, es necesario puntualizar normas generales para mejorar la dicción.

No importa que algunas recomendaciones sean reiterativas: En el aprendizaje también: “lo que abunda no hace daño”

•Lea diariamente, en voz alta, párrafos de artículos selectos, poesías, fragmentos de narraciones, etc. Hágalo sin prisa. La prisa es mala consejera de la locución.

Con la indicada práctica usted se familiariza con diferentes estilos de redacción y se familiariza con términos nuevos. Ponga especial énfasis en repetir las palabras que le resulten de difícil pronunciación.

•Cuando lea, hágalo de pie y levante el texto a la altura de su cara (no incline la cabeza); respirará mejor.

Atención especial: seleccione temas bien redactados, con los debidos signos de puntuación y de preferencia, comience con frases cortas.

•Piense siempre que está locutando ante un micrófono. Convénzase que es un buen locutor.

•Tome un párrafo, de unas cuatro líneas. Transcríbalo eliminando todos los signos de puntuación (comas, puntos, signos de interrogación, etc). Lea el párrafo sin los signos de puntuación (lógicamente no encontrara sentido de la lectura) y, luego vuelva a decirlo pero poniéndole mentalmente los signos.

Esta puntuación imaginaria le exigirá que dé sentido a lo que esta leyendo.

•Improvise una charla de dos minutos sobre cualquier tema, y grabe esa improvisación. Escúchese y analice en qué tropezó. ¿argumento? ¿énfasis? ¿conocimientos? ...¿qué falto?
A lo mejor le parecieron muy largos los dos minutos; o no pudo coordinar bien sus ideas, o no se acordó más...Ahora...que ya reflexiono, tome un papel y escriba una sinopsis brevísima de lo que dijo y lo que pudo haber dicho en su improvisación.

En esa sinopsis, seleccione y ordene los cinco subtemas principales.

Ahora si, vamos nuevamente a improvisar la charlas de dos minutos sobre el mismo tema. Se dará cuenta de la diferencia que existe entre improvisar sin un esquema mental e improvisar con el cuadro de referencia.

Con esto, demostrando la importancia de organizar las ideas antes de exponerlas en una improvisación.

•Siempre que deba improvisar, trace mentalmente un cuadro sinóptico de los cinco puntos básicos, poniendo énfasis en el primer y el último. (eso le dará confianza en usted mismo). Exponga sus ideas en orden y sin precipitación. Si habla de prisa se le agotará el tema pronto y puede tener tropiezos. Tampoco debe exagerar la lentitud de exposición. Improvise con un ritmo natural y voz convencida. (eso demostrará conocimiento, serenidad y firmeza). Recuerde que entre los oradores, los mejores improvisadores son los que jamás improvisan.

•De vez en cuando, trate de imitar a buenos locutores. Esta sugerencia no es para que plagie estilos, sino para que compare las entonaciones, la velocidad o el ritmo, los énfasis; y , sobre todo, el sentido que dan a su lectura o diálogo.

Lea mucho (buenos textos); escuche mucho (buenas locuciones), y, calle mucho (no presuma de aprendiz de locutor).

•Entre sus lecturas se encontrará con nombres extranjeros cuya pronunciación le sea difícil o desconocido.

Los malos locutores acuden a un recurso detestable: omiten esas palabras o las mascullan gangosamente, creyendo que engañan a sus oyentes (¿?)


Usted jamás hará lo mismo; pues, aquí están algunos recursos para las diversas circunstancias y posibilidades.

•Aunque es recomendable que el locutor conozca uno o dos idiomas diferentes al suyo, esto no es frecuente. Por lo tanto será conveniente que usted averigüe siempre, antes de locutar, la pronunciación correcta de las palabras desconocidas y las escriba (como suenan) para que su expresión sea segura.

•Escuche emisoras internacionales y familiarícese su oído a la musicalidad de otros idiomas o a la pronunciación de los nombres de personajes que están “de moda” en la noticia internacional.

•Por último, recuerde que algunas formas elementales de pronunciación extranjera pueden ser de su utilidad algunas vez.





TALLER DE LOCUCIÓN
USAT
Lic. Luis M. Arrascue Ch.

viernes, 20 de julio de 2007

Diseño de Asignaturas Universitarias basadas en la investigación


TALLER DE LOCUCIÓN
Lic. Luis Miguel Arrascue Chimpén.



El presente taller describe la esencia del arte de hablar en público, a través de un proceso de enseñar a expresarse correctamente, tomemos este trabajo como multidisciplinario, aplicable a las diferentes asignaturas y a diferentes profesionales que utilizan la expresión oral en el quehacer diario (abogados, periodistas, relacionistas públicos, publicistas, teología, etc) . “El arte de la locución / oratoria no sólo ejercita a la persona para actuar en la tribuna, sino que da las pautas necesarias para resolver los problemas de la vida”. Prepara a las persona para enfrentar retos con valor, audacia y le permita salir airoso en las contiendas de la vida y de disímiles problemas.

“Usted o el alumno utilizó la comunicación oral o la expresión oral en la escuela y después en la universidad y en diferentes lugares, así se enfrentará a muchas clases de situaciones de comunicación. Con la familia, usted utilizará en su mayor parte la comunicación interpersonal. En el trabajo, en grupos pequeños y en situaciones especializadas, es probable que predomine. En el teatro, en el cine o frente al receptor de televisión, entra el juego una clase distinta de comunicación teatral. Sólo ciertas vocaciones, notablemente la religión, la educación, la jurisprudencia y la política, exigen mucha comunicación de plataforma (Oratoria pública), pero usted utilizará la comunicación de plataforma cuando un instructor le pida que “recite” frente a la clase. Aunque las situaciones interpersonales, de grupo pequeño y las especializadas puedan predominar, la comunicación pública puede ser la forma más vital para que practique y aprenda.
Si aprende los principios de la comunicación pública, habrá dominado el método que pone sobre usted la mayor parte del peso como transmisor. Si domina sus ansiedades en la situación en donde el enfoque está casi por completo sobre usted, encontrará que comunicándose en ambientes igualitos es mucho más fácil. Si se prepara para un acto comunicativo que se centra en una sola persona, resulta relativamente fácil prepararse para actos comunicativos que se centren en varias personas. Si usted funciona en una situación en la cual recibe retroalimentación mínima, funcionaría todavía mejor cuando exista más. Si se organiza y presenta sus ideas cuando se encuentra solo “con su alma desnuda”, debe poder hacerlo mucho mejor en un situación cooperativa. A través de la oratoria aprenderá los principios vitales de la comunicación y las artes que desarrolle lo ayudarán a comunicarse en todas las demás situaciones”.

En la actualidad muchos profesionales no toman en cuenta el modo de cómo se expresan ante los demás y es más a veces no piensan lo que hablan es decir “hablan por hablar”, esto significa que no tenemos una educación de cómo decir nuestras ideas y pensamientos.
Si consideramos el comunicarnos, el hablar y el pensar, constituyen los roles más importantes en la vida social del hombre; y en la medida de que el hombre sepa emplear esas facultades, derivará en éxito o fracaso todo aquello que tenga que desempeñar en el transcurso de la vida. “La Comunicación ha sido el fundamento no sólo de la vida social, también de su desarrollo” .

“La Oratoria, es pues, unos de los elementos fundamentales en la unificación de criterios, y la comprensión y el estímulo de masas.
Su íntrinseca facultad de la oratoria, está inmerso en cada ser humano, aflorarlo y desarrollarlo es una de las metas de las personas que buscan un bienestar.
Al decir bienestar, no deseamos que se entienda como un bienestar propio y egoísta, más por el contrario ha de entenderse, como la búsqueda de un real bienestar colectivo y mancomunado, velando los intereses de los valores trascendentes de una sociedad y no simplemente aquellos que constituyen valores suntuosos y superfluos, de bienes materiales.
La oratoria, muy bien encaminada, por parte del poseedor, se beneficiará de grandes satisfacciones para su realización. La vida tendrá un nuevo sentido si lo conjuga con lo excelso de la existencia.
Es así, que en la edad contemporánea, se ha dado mayor soltura al aprendizaje de la oratoria, ya se nos es común apreciar, hoy en días, las infinitas invitaciones a cursos de enseñanza mediante folletos, impulsados por grupos culturales.
Este factor de soltura, y de nuevas opciones, otorgan mayor desarrollo al mismo”.

La comunicación verbal y expresión oral confluyen en la forma de hablar, como el arte de la locución / oratoria. Su buen ejercicio se manifestara en el acto de expresarse ante las persona e influir ante ellas, teniendo en cuenta que usando una buena técnica de voz, los movimientos escénicos, la expresividad y la misma personalidad llevaran siempre hacia el camino mas adecuado.

“Cuando se ha de hablar en público no hay peor enemigo que los temores irracionales. ¿Y si me quedo en blanco? ¿Y si hago el ridículo? ¿Y si no encuentro la palabra exacta? El mejor modo de combatir tales miedos es una preparación metódica y exhaustiva. Todo tiene su importancia: el lugar, la duración de la charla, la documentación previa, la clase de público, el número de asistentes, el tono empleado ...”

Una de nuestras premisas es vencer el miedo, muchos de nuestros estudiantes o alumnos lo manifiestan día a día, en el salón de clases y nosotros no logramos darnos cuenta, surgiendo así el valor y la confianza que nosotros mismos sus docentes le logremos dar a cada uno de ellos.

Es de mucha importancia tener en cuenta que la persona que sabe hablar, debe saber escuchar, escuchar requiere de concentración. Es la penetración en el lenguaje que va más allá de las palabras y que el que escucha distingue por las entonaciones y variables del interlocutor.
El desarrollo del Taller de Locución es de naturaleza Teórico - Práctico. Tiene como finalidad fomentar y desarrollar en los estudiantes de Ciencias de la Comunicación, el buen desenvolvimiento al expresarse y obtener la seguridad de hablar ante cualquier auditorio, que son condiciones importantes para un buen desempeño profesional.

En el taller de locución se vera de manera concisa: la Vocalización, entonación, modulación y proyección de voz, registros, acentos, declamación, fonética, respiración diafragmática, técnicas de relajación. Comunicación y relaciones interpersonales, comunicación efectiva, definición y construcción del mensaje, miedo a hablar en público, facilidad de palabra, tertulias, comportamiento ante el público, exposiciones y exámenes orales, entrevistas laborales, presencia física, aspecto y atuendo, interrupciones, ruidos, el silencio, etc.; el micrófono, preparación del mensaje, mensajes comerciales, discursos políticos, clases, conferencias, didáctica en general, presentaciones, actitudes fácilmente identificables, consideraciones personales al hablar en público, comunicación verbal, comunicación no verbal, ¿cómo tratar a cada participante según su personalidad?, distorsión del mensaje, estos son solo algunos temas que se desarrollaran durante el taller de locución.

Nuestro anhelo es desarrollar cada lección en forma individual, observando que éstas están constituidas por un conjunto de ejercicios (impostación, respiración, articulación, dicción, concentración, creatividad, espontaneidad, expresión oral, etc…); acciones que, además, darán la oportunidad para brindarle al alumno: técnicas de lectura para una correcta interpretación; aprender a utilizar el volumen, fuerza y velocidad de la voz; a “modular” para que la voz tenga fluidez a través de las palabras y que éstas expresen ideas claras, precisas, seguras y sean convincentes y ecuánimes.

Las competencias a lograr en los alumnos será explicar el funcionamiento e importancia de la voz en la expresión oral, explicar la realización oral de los sonidos del idioma castellano y corregir errores de pronunciación, Cambiar su modo de hablar, eliminando muletillas, palabras parásitas y adquiriendo facilidad de palabra utilizar el aparato fonador, ampliar su vocabulario (usando nuevas palabras), las pausas y la entonación para dar efectividad a la expresión oral, aplicar la locución al desempeño periodístico y profesional en cualquier ámbito que se quiera desarrollar, mejorar su personalidad, logrando seguridad en sí mismo(a) y mayor desenvoltura, convirtiéndose en una persona importante, al relacionarse con gente de categoría y figuras famosas, entre otras.
“Personalmente tengo la convicción de que Dios entrega el don a través de una clave genética: “No basta querer hablar, sino saber hablar” y “no basta querer cantar, sino, saber cantar”. La virtud o el descalabro corren por nuestra cuenta. Por eso Sócrates, gran pensador universal decía: “Habla, para conocerte”.

“Para Hacer escuchar lo que decimos, es menester ponernos en el lugar de aquellos a quienes nos dirigimos”
J.J. Rousseau.